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Belleza es sin duda la palabra que mejor define esta banda sonora.
Escasa, por su corta duración, "Dolls" es, de todos modos, una
de las más hermosas composiciones que creo que se ha podido disfrutar
en una película en los últimos años.
Sencilla, de sonidos dulzones pero tristes, nostálgicos, es una
pincelada de perfección en un filme que podría, simbólicamente,
claro, enmarcarse y guardar en un lugar de honor de nuestra videoteca.
El disco son sólo 5 pistas, no muy largas, pero que alcanzan
sin duda lo que podíamos esperar de él. Y es que Hisaishi
es difícil, por no decir imposible, que decepcione. Y sus colaboraciones
con Takeshi Kitano han aportado unos productos a la música de
cine difícilmente olvidables.
"Brother", sin ir más lejos, o la maravillosa "Kikujiro No Natsu" son
un claro ejemplo de a lo que me refiero. Sus composiciones jamás
dejan de ser hermosas, sea cual sea la temática del film al que
pertenecen, sea o no de animación. Jamás dejamos de sentir
ese dominio de los sentimientos expresados a la perfección, ya
sea con una orquesta sinfónica, o con unos teclados.
Creo sin duda que Joe Hisaishi está en el grupo de los grandes
maestros de la música de cine. Como pocos, ha conseguido, en un
sinfín de bandas sonoras, CREAR, así, con mayúsculas,
siempre innovando, sin repetirse, con un estilo propio que es la elegancia .
"Dolls" es otra de sus obras que, sin llegar a ser una obra maestra
(soy partidaria de que las obras maestras se pueden contar con los dedos
de dos manos y no más), tiene un nivel del que gozan las obras
de maestros como Doyle o él mismo: no componen nada malo, tendrán
obras menores, pero una obra menor de Hisaishi sigue siendo sin duda
una gran obra.
Esta banda sonora es un claro reflejo de lo que
es la película:
3 extrañas historias de amor que tarde o temprano acaban cruzándose,
y que tienen un denominador común: la tristeza. Una tristeza que
a veces se expresa con un piano, "Feel", a veces con teclados (impresionante
la pieza que abre el disco "Sakura"), y en otro momento en una desgarrada
voz femenina de fondo, como es la pista que cierra el disco, "Dolls".
Hisaishi no nos deja que olvidemos, a medida que
escuchamos el disco, que estamos en un teatro Bunraku, en el que están inspiradas las
historias que se narran en la película. Por eso escucharemos sonidos
tradicionales japoneses en varios de los temas, mezclados con los sonidos
a los que el compositor nos tiene acostumbrados: instrumentos tradicionales
y modernos mezclados con una impresionante soltura.
Quizá el hecho de que sea un disco tan corto facilita el trabajo
a la hora de encontrarle puntos débiles, y es que sólo
tiene uno, esa escasa duración, aproximadamente unos veinte minutos.
A pesar de eso, un disco indispensable
para cualquier amante del compositor y mucho más que recomendable para los amantes de la música
de cine en general.
Mónica Vila
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