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“Four gods”, también conocida como “The legend” o “The Story of the First King’s Four Gods”, se convirtió por derecho propio este 2007 en la producción más ambiciosa de la televisión coreana, especialista en la realización de seriales románticos para consumo no sólo interior sino también extranjero (léase sobre todo Japón). Más de 45 billones de wons (unos 45 millones de dólares) invertidos, lujosos vestuarios, cuidada ambientación, decenas de extras, sofisticados efectos especiales, las mayores estrellas de la televisión local contratadas (con Bae Yong Joon a la cabeza, todo un ídolo en Corea y Japón)… Todo ello para una historia ambientada en la Corea medieval, de luchas, intrigas palaciegas y conspiraciones con un leve tono fantástico. El argumento, acerca de la existencia de una leyenda según la cual un día surgirá un rey, descendiente de un antiguo monarca llegado del cielo, que gobernará y unificará todos los reinos que existen. Nuestro protagonista es presumiblemente este rey de la leyenda, pero para poder ocupar el trono lo va a tener complicado debido a las múltiples intrigas existentes dentro de la corte. Además, sólo el auténtico rey podrá dominar las cuatro fuerzas que representan a cuatro dioses protagonistas de la antigua leyenda.
El compositor elegido para esta superproducción televisiva ha sido el japonés Joe Hisaishi. Éste, conocido especialmente por sus excelentes colaboraciones con Hayao Miyazaki y que puede alardear de un merecidamente ganado prestigio como compositor cinematográfico (además de como pianista, con varios discos publicados) fue sin duda elegido para otorgar a la serie una suntuosa ambientación musical, confiando en el demostrado talento del nipón. Una extensa y exigente tarea, dada la longitud del serial (24 episodios de una hora larga de duración cada uno) y dada la variedad de situaciones y escenarios en que se desarrolla la historia. Para poder hacer frente a este complejo encargo, la opción adoptada por Hisaishi (aunque parece más seguro que se trate de norma habitual en todas estas series orientales) ha sido la, probablemente muy discutible, de realizar una serie de composiciones fijas que luego el montador o quien corresponda irá insertando a lo largo de la serie según corresponda o la escena lo exija. Es así que nos encontramos con un disco de una sorprendente variedad melódica y de tonos muy diferentes, con el propósito de tratar de dar cobertura a las múltiples situaciones que se presentan en la serie.
Comentar antes de continuar con la reseña que hay dos ediciones disponibles de la banda sonora. La coreana, de cerca de 70 minutos; de cuidada presentación, consistente en un CD + un DVD con vídeos musicales. Y la japonesa, de dos discos, el primero, que se trata de una edición normal y el segundo, que va acompañado del DVD antes citado. Aquí comentaremos fundamentalmente la edición coreana, ya que contiene los temas esenciales de la banda sonora, aunque haremos alguna alusión a la edición japonesa, obviamente más completa, para citar aquellos temas que no aparecen en la versión coreana.
Podríamos encontrar un precedente de este Four gods en la carrera de Hisaishi en A chinese tall story. Ambos scores comparten una combinación de temas románticos, con otros de acción, más otros épicos, nobles, aires orientales en la instrumentación, la típica cancioncilla comercial al final del disco que en su versión instrumental resultará el tema de amor… Sin embargo, Four gods supera de largo esta composición anterior debido a que aquí nos hallamos con un compositor en estado de gracia que regala al oyente una colección de temas excepcionales, debido a la ya comentada riqueza temática y a la gran belleza y calidad de todas estas melodías. Four gods, la serie, se convierte para el japonés en una fuente inagotable de inspiración, que despliega todo su talento para la orquesta sinfónica y su habilidad para la melodía (con esos habituales motivos suyos de fácil retención) realizando fácilmente una de las mejores bandas sonoras de su carrera.
Aunque exagerando casi se podría decir que cada corte del disco es un leit motiv diferente, sí que existen varios temas principales en función de los cuales pivota la banda sonora. El Opening con el que da comienzo el disco ya engloba dos de ellos. Envueltos en toques orientales, estos dos temas, a través de sucesivas variaciones se emplearán para enfatizar los momentos más grandiosos y más emocionalmente intensos, especialmente los concernientes al personaje central de Dam Duk y los relativos al reino de Goguryeo, donde se desarrolla la historia (en el corte tres podemos encontrar estos temas de forma más espectacular) En el corte cuatro hallamos otro de los temas centrales, un tema romántico, suave, delicado que es en realidad la versión instrumental de una de las dos canciones del disco. Este motivo también conoce otra versión de más intensidad dramática en el corte número 6. En el corte cinco, otro de los leit motivs, de gran belleza y cargado de ternura, que servirá a lo largo de la serie para acompañar al personaje de la sacerdotisa del fuego.
Para los momentos de acción, Hisaishi nos ofrece varios cortes. Como ejemplos de esto tenemos el número siete, el once o el número ocho, este último un dinámico tema acompañado de voces femeninas e instrumentación oriental. De entre todos estos temas de gran fuerza podemos decir que el más destacado es el número trece, un espectacular corte de desatado sinfonismo y energía.
Completando el disco tenemos otros temas más incidentales como el que podemos escuchar en el corte número diez (también con presencia de instrumentación oriental), el doce, de aires nobles; ritmillos pop para el quince, otro bello y delicado tema en el corte 17 y para el 18, la versión instrumental de la canción que encontramos en el corte 14.
También tenemos un par de canciones (que en la versión japonesa de la banda sonora han quedado reservadas para el segundo disco) situadas en los cortes 14 y el 19, que, como hemos comentado cuentan con sus versiones instrumentales, resultando su inclusión en el disco menos forzada.
Fuera de la edición coreana se ha quedado un leit motiv dedicado a la herrería, un curioso track de llamativas percusiones, un tema de notas, oscuras, opresivas dedicado a uno de los villanos (de peculiar aire fumanchiano) y otros temas más incidentales que no merece la pena que nos detengamos en ellos especialmente.
Para terminar, podemos resumir con que nos encontramos ante uno de los mejores trabajos de Hisaishi de los últimos años, pleno de inspiración, tanto en los temas centrales como en los secundarios y así como en los de acción, con momentos de gran belleza y de gran diversidad, no sólo en las melodías sino en la cantidad de emociones expresadas, nobleza, amor, dulzura, acción… Todo ello sin renunciar a su habitual estilo con pleno aprovechamiento de la orquesta sinfónica junto con la introducción de toques orientales en la instrumentación. Recomendable sin reservas.
Lo mejor: La variedad de melodías que nos podemos encontrar y su calidad.
Lo peor: Las cancioncillas pop que parecen intrusiones inevitables para hacer más comercial las bandas sonoras.
El momento: podría destacar muchos momentos pero yo señalaría dos (teniendo en cuenta los tracks de la edición coreana) el corte número tres, donde podemos escuchar los dos temas principales en tono más espectacular o el 13, el tema de acción más destacado del disco.
(Como nota, apuntar que si no se cita el título de ninguno de los cortes, salvo el inicial, es debido a que los títulos aparecen en caracteres orientales, con lo que resulta imposible su transcripción)
Felipe Múgica |
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