Taro Iwashiro es un compositor todoterreno al que bien
podemos encontrar trabajando en el campo del anime (Kenshin) como en
el de los largometrajes (Azumi) o como en el de los videojuegos (Onimusha
2). También
parece un compositor no cerrado tan sólo a la cinematografía
japonesa, puesto que en el caso en el que nos centramos en esta ocasión
se ocupó de musicar
una película procedente de Corea del Sur. "Memories of murder" es
un largometraje de 2003 que ganó el
Premio de la crítica y al mejor director en el Festival de Cine de San
Sebastián del año pasado. En este muy interesante film se nos
contaban unos crimenes reales acontecidos en una pequeña localidad coreana
durante los años 80, todo ello narrado desde el punto de vista de los
policías
encargados del caso. Combinando un cierto tono de humor con el drama se trata
de un policiaco realista que además
nos muestra las deficiencias de la policía rural coreana durante aquellos
años,
junto a una historia de investigación
absorbente.
La música le fue encargada al japonés Taro Iwashiro, en
una película que, por su tono realista, no necesitaba de excesivo acompañamiento
musical, pero que gracias a una completa edición discográfica podemos
disfrutar practicamente en su totalidad.
El score se pivota en el tema que abre el disco (un breve
corte de poco más de un minuto), una suave melodía con
base de piano cargada de nostalgia y melancolía, expresando el
clima de la historia en que chicas jóvenes son asesinadas y (ATENCIÓN:
SPOILER) en el que
al final sabremos que el asesino nunca llegará a ser detenido
(FIN SPOILER). Este tema se repetirá varias
veces más
a lo largo del disco, aunque en cortes excesivamente breves. El afán
completista del disco y el de respetar los temas tal y como aparecen
en la película
lleva a que nos encontremos con una edición
de nada menos que de 32 temas para una duración de 52 minutos,
con algunos cortes que no llegan al medio minuto de extensión.
Es por ello que en varias ocasiones nos quedemos con la miel en los labios
cuando empieza a sonar la melodía
antes descrita que al de poco tiempo de comenzar, se corta. Hay que esperar
hasta el tema de los créditos finales, el corte 31, en el que
el tema se desarrolla en todo su esplendor y nos permite disfrutar de
esta excelente melodía,
repleta de un sentimiento de desbordante melancolía.
El resto del disco discurre por varios estilos diferentes,
temas oscuros y ligeramente disonantes, temas trepidantes para los escasos
momentos de acción de la película y temas cada vez más
dramáticos (con protagonismo también del piano) a medida
que avanza el disco. El culmen de esta tendencia estalla en el corte
29, en el que una bella voz solista femenina acompaña a la orquesta
en un momento final, repleto de tensión y emoción, para
una escena también intensa.
En resumen, un disco altamente recomendable, caracterizado
por su tono de desbordante melancolía, al que el único defecto que podemos
reprocharle es la escasa duración de muchos de sus cortes. La edición
de esta banda sonora viene completada por tres canciones poperas de los
años 80, interpretadas por artistas locales absolutamente desconocidos
por aquí y que sí aparecen en la película y desempeñan un papel importante
en la trama, con lo que por una vez su inclusión parece justificada.
Lo mejor: El tema central del disco.
Lo peor: Los cortes excesivamente breves que impiden
disfrutar a fondo de la música.
El Momento: El corte número 29 con esa voz acompañante
femenina, y los créditos finales, correspondientes al corte 31.
Felipe Múgica |