Old Boy

Portada Old Boy Compositor: Yeong-wook Jo
Fecha de edición: 10 de diciembre de 2003
Duración: 60 minutos
Discográfica: EMI Music Korea Ltd
Muy bueno

La cinematografía de Corea del Sur, hasta hace bien poco una auténtica desconocida en las pantallas occidentales, ha vivido un espectacular crecimiento durante los últimos años, ayudado sin duda por la política de apoyo por parte del gobierno surcoreano. Al vertiginoso aumento en la producción, hay que sumar el apoyo dedicado por los espectadores coreanos, cuyas películas rivalizan en numerosas ocasiones con las ruidosas superproducciones americanas y sus agresivas campañas de publicidad. La presencia del cine de Corea se ha hecho notar también en los festivales internacionales, consiguiendo que en la actualidad nombres como el de Kim Ki Duk empiecen a resultar conocidos entre los círculos más cinéfilos e intelectuales. Otra de las figuras que también está obteniendo cierto renombre en las últimas fechas es la del director Park Chan-Wook, cuyo último largometraje, Old Boy, ha ganado los premios más importantes de todo aquel festival en el que ha tomado parte, desde el Premio del Jurado en el Festival de Cannes del año pasado hasta el de Mejor Película en el último Festival de Sitges.

Los reconocimientos son merecidos en ambos casos ya que con Old Boy con encontramos ante una película magistral, una brutal, violenta, demoledora historia que habla de la venganza, del destino y de las consecuencias últimas de nuestros actos. En el film, un hombre corriente es secuestrado sin recibir ninguna explicación y es encerrado en un cuarto aislado. Tras quince interminables años el hombre es liberado, también sin explicaciones, momento a partir del cual vivirá solo por la venganza de saber quién y por qué le tuvo secuestrado. Durante la investigación, que estará controlada férreamente por su antiguo captor, conocerá a una joven camarera de la que caerá enamorado. Todo esto tendrá lugar hasta llegar a una conclusión final, sin lugar a dudas, terrible e impactante. A las virtudes de un guión que te mantiene atrapado de principio a fin (pese a, tal vez, algún pequeño altibajo) hay que sumar la excelente realización, deudora de directores americanos como David Fincher, las interpretaciones de sus dos protagonistas y antagonistas; y, también, cómo no, su banda sonora.

Si ya desconocidos y extraños nos resultan los nombres de los directores coreanos, más lo son los de sus compositores (en este caso, Yeong-wook Jo, cuya previa trayectoria por desconocimiento no podemos valorar), lo cual no impide que nos puedan ofrecer magníficos trabajos como es el caso que tratamos. Y lo que nos ofrece el desconocido Yeong-wook Jo es una excelente composición, variada en melodías y ecléctica en cuanto a la mezcla de estilos, que oscila entre un minimalismo cercano a Philip Glass, pasando por otros cortes más electrónicos, y una estupenda colección de valses compuestos de modo expreso para el film. El sonido que predomina en el disco es el generado por sintetizadores y, a pesar de algunos temas de estilo más orquestal, mucho nos tememos que hayan sido utilizados samplers sustituyendo a la orquesta, más por necesidades presupuestarias que por elección del director. La riqueza melódica de este score nos permite hacer un repaso por sus temas más destacados, centrándonos en cada uno de ellos, pero no obstante, antes de esto, hay un detalle de la edición discográfica que debemos comentar. Se trata de la inclusión de diálogos al comienzo de varios cortes, práctica que por lo general suele ser bastante molesta para poder apreciar el score. Por fortuna, en esta ocasión, los fragmentos de diálogo son breves y aparecen introducidos antes de que dé comienzo la música, con lo que al menos podemos disfrutar de toda la banda sonora contenida en el CD en su totalidad.

El disco (y la película) arranca con un movido tema de estilo electrónico que acompaña a la impactante imagen del protagonista en la que sostiene a un hombre de su corbata al borde una azotea. Es éste un corte que, curiosamente, no volverá a repetirse en el CD.

El siguiente corte nos presenta uno de los temas de estilo más philipglassiano. El modo repetitivo, obsesivo, machacón y ese sonido de sintetizador sin duda sean los más adecuados para plasmar la atormentada personalidad del protagonista y su obsesión por encontrar venganza hacia aquellos que le secuestraron. Este tema se repetirá en el film así como otros cortes más de idéntica estructura minimalista y siempre acompañando al personaje central.

A continuación, el corte The Count of Monte Cristo es un tema de una enorme gravedad, las imágenes a las que da vida son aquellas en las que el protagonista, Oh Daesu está secuestrado y vemos su sufrimiento y su angustia por su largo cautiverio. (Leit-Motiv, por cierto, que nos volveremos a encontrar en los cortes Look Back in Anger y Kiss Me Deadly)

Es curiosa la inclusión de un tema de Las cuatro estaciones de Vivaldi en la película, y digo curiosa por el momento elegido para introducir esta composición en el film; esto es, cuando Oh Daesu, el personaje central, tortura brutalmente a un hombre arrancándole los dientes con un martillo (y posteriormente en otra escena en la que él mismo está a punto de sufrir la misma tortura), produciendo un peculiar efecto de contraste entre la música y la violencia de lo que se muestra en pantalla.

The Last Waltz es un tema que en la edición discográfica ha quedado reservado para el último corte del disco, a pesar de que en la película aparezca en varias ocasiones, y se trata de un bello vals que vendría a representar el tema de amor del film o tema de la chica, ya que acompaña las apariciones de este personaje. También es incluido en los títulos finales del film (lo cual podría explicar en parte la tardía aparición en el CD)

Hay otros motivos que podríamos destacar como el vals del corte número 13, For Whom the Bell Tolls, o el tema de The Old Boy, que se puede escuchar, por ejemplo, en el impresionante plano secuencia en el que Oh Daesu se enfrenta él solo a un grupo de macarras; pero sin embargo, el verdadero tema estrella de la banda sonora es el vals que se puede escuchar en los cortes Cries and Whispers, Breathless (con un delicado comienzo a piano) y Farewell, My Lovely (concluido a su vez con un tarareo a cargo del actor co-protagonista). Es éste, sin duda, un tema excelente, un magnífico vals, de gran belleza pero al mismo tiempo con un profundo poso de tragedia en el fondo. Vendría a ser este el tema que identifica al villano de la historia y que alcanza su culmen en el flashback en el que conocemos el dramático pasado de este personaje y que desencadenará sus acciones posteriores.

La conclusión del análisis es que nos encontramos ante una excelente banda sonora, sin duda inspirada por la excelencia de las imágenes a las que acompaña y que nos hace preguntarnos por el talento de este compositor, Yeong-wook Jo, quien, por su lejanía geográfica, todo su trabajo nos había pasado desapercibido hasta el momento. Sin duda, este disco es una excelente carta de presentación y, en mi opinión, no solo de más obras de este autor, sino también de otros trabajos de compatriotas suyos que por desgracia desconocemos.

Lo mejor : la riqueza temática y de estilos y ese magnífico vals que es Farewell My Lovely.

Lo peor : la utilización de samplers en vez de orquesta y, aunque es un mal menor, la inclusión de diálogos

Felipe Múgica









  Tracklist:

1. Look Who's Talking
2. Somewhere In The Night
3. The Count Of Monte Cristo *
4. Jailhouse Rock
5. In A Lonely Place
6. It's Alive!
7. The Searchers
8. Look Back In Anger
9. Violin Concertos "The Four Seasons" Op.8 No.4"Winter" In F Minor. Rv.297 I.Allegro Non Molto
10. Room At The Top
11. Cries And Whispers *
12. Out Of Sight

13. For Whom The Bell Tolls
14. Out Of The Past
15. Breathless *
16. The Old Boy
17. Dressed To Kill
18. Frantic
19. Cul-De-Sac
20. Kiss Me Deadly
21. Point Blank
22. Farewell, My Lovely *
23. The Big Sleep
24. The Last Waltz *


* Los mejores temas


Created 18.09.2004. Page last updated 25.08.2005
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